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sábado, 13 de febrero de 2016

FunnyDent


Algo en inglés y  diseño, mucho diseño, ingredientes básicos  para el negocio del Monipodio actual. En  inglés nos cuelan que el dentista puede ser una experiencia DIVER.  Cosa que los gallegos  sabemos que   o que  non pode ser, non é...e por riba é  imposibel.


 Para el  que no esté familiarizado con esta NUEVA FORMA DE HACER  NEGOCIOS  pregunten a Urdangarín o matricúlense  en el  próximo semestre en su Escuela  "bussines  skull" (hay becas) por el cómo se hace y de paso  inquiéranle   sobre  el personaje  de marras, a ver si lo conoce, al  susodicho Monipodio  o Omnipodio  que el diccionario traduce  por TODOPODEROSO  (me loinvento). Pero  que sepan, la gente  chic  del país sufre un brote amnésico. Ni  dios  se conoce. Y de paso a ver si les ayudan a entender este prefacio


Dice el refrán que una imagen vale más  que mil palabras. Y ahí tenemos el ejemplo; una boutique  de moda ?, una  tienda  de móviles ?,  un concesionario de drones?. No; es una  clínica dental del  s XXX. Diseño virtual,  sin dolor, financiación a medida, nada que  ver con las temibles salas de espera del dentista de toda la vida, con  el ruído amenazante  del torno  y una orla  de  los años 70 como  prueba fehaciente de que el nacho había  pasado  por la Universidad. Eran recintos asépticos, blanco-médico, sin tramoya  teatral,  sin chicas  picantes  que no  nos explicábamos que función tenían allí. Y ellas tampoco. Se llegan a extrañar las  jóvenes dispuestas  el aspirador bucal en la mano, con cierto  aire de serviciales novicias.

 Estábamos  familiarizados. En  la nueva realidad hay  que  ver como normal  que el  primero  que te  vea  la  boca  sea un  COMERCIAL que,  en función de tu cuenta corriente,   te dice lo que tienes que hacer. Pero siempre hay ofertas.   No  se entra  a  valorar la idoneidad  del tratamiento...mal  empezamos.  Pero hay que  ser gili para  no coger la puerta y echar a correr.  Y es que  la gente se obnubila con la falsa palabrería de los falsos chamanes: atención personalizada en dónde, dejando la palabrería médica, el   facultativo regurgitará en román paladino. La  gente busca a quién  le de el palo. Inaudito.

Como amigo de la iconografía, busco un origen al embrollo y trato de llegar a la génesis del problema:

    -La primera  premisa, un poco lejana y astutamente escondida en el  subconsciente es la premisa absolutamente falsa  de que lo particular o privado es mejor que  lo  público. Pero  aunque  en el  caso
de los dentistas sea así. Se identifican  estos tugurios  con prestigiosas  clínicas  norteamericanas donde el dolor no existe...lo tienen controlado TODO,  hasta la  muerte, o eso creen.

Pero tengo que  dejarlo aquí pues mi gusto  por la cocina  de lenta cocción hace que la actualidad me sobrepase:  entalegado el  jefe de VITALDENT que segun entiendo ostentaba título....de protésico dental.


Veo responsabilidad gubernamental,.....al final juegan con  la ilusión de que  los pobres podemos comportarnos como  ricos.

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