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jueves, 9 de agosto de 2007

Lo podía haber dicho yo...

Leo en un libro :

"Por lo que se refiere a la idea de patria, es decir una determinada porción de terreno dibujada en el mapa y separada de las demás por una línea roja o azul, ¡NO!. Para mí la patria es el país que quiero, es decir, el país con el que sueño, aquel en que me encuentro a gusto(...). Amo a este pueblo áspero (se refiere a los árabes nómadas), persistente, vivo, último ejemplo de las sociedades primitivas y que, al hacer alto al mediodía, tumbado a la sombra bajo el vientre de sus camellas, se burla, mientras se fuma un chibuqui, de esa valiente civilización nuestra que tiembla de ira".


También dice:


"Soy capaz de entender lo que significaba (la patria) para los griegos, que no tenían más que su ciudad; para los romanos, que no tenían más que Roma; para los salvajes, a los que acosan en su selva; para los árabes, perseguidos hasta el interior de sus tiendas. Pero nosotros ¿acaso no nos sentimos en el fondo tan chinos como ingleses o franceses? ¿No vuelan hacia el extranjero todos nuestros sueños? De niños deseábamos vivir en el país de los loros y de los dátiles confitados; nos elevamos con Byron o Virgilio; codiciamos el oriente en nuestros días de lluvia, o deseamos ir a la Indias a hacer fortuna o a América a explotar la caña de azucar. La patria es la tierra, es el universo, son las estrellas, es el aire, es el propio pensamiento, es decir lo infinito dentro de nuestro pecho".

El autor es Gustavo Flaubert. Sería fácil colgar ahora mil comentarios, pero dejo tal como encontré este manatial para que os refresqueis en él.

Salud

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