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sábado, 26 de noviembre de 2011

La medicina de la sra Merkel

A la espera de que el corresponsal en Alemania me confirme si Doña Angela salió del servicio de potar, pues una dosis, tan sólo una, de su medicina la ha puesto fatal. El aceite de ricino también era medicinal, muy medicinal pero no había dios que lo tragara.
Le dieron, algo impensable hace algun tiempo, un sonoro soplamocos los "mercados", los cuales creíamos hablaban el lenguaje de Goethe...esto es pecaminoso .... lo sé, pero es una manera de canalizar mi frustación. Surgen discrepancias con su omólogo Sarcosi. Parece que en el centro de la disputa están los eurobonos, de los cuales hay que reconocerle algun tipo de paternidad a Zapa. Descarto que tras este hecho estuvieran esta vez las reivindicaciones sobre la Alsacia y la Lorena, que costaron a Europa millones de muertos...por dos veces en el siglo pasado. Teniendo aún pendiente de pago las compensaciones económicas que firmaron en 1945. Y tiene el morro a las horas que Rajoy ha sido elegido pedirle "que aplique las medidas necesarias" (necesarias para que los banqueros germanos ganen más).
Pero revisando la Historia, resulta que ya en el S XVI, ocurrió algo parecido. De aquellas unos mercaderes alemanes pagaron la hipoteca que había que pagar para poner a un Augsburgo de "Imperator". Fue Carlos, el del menton prominente(Francisco I de Francia también optaba, pero había perdido la calificación de triple A, y su diferencial de deuda estaba, como ahora, desbocado), creyendo que este negocio les bastaría para ellos y su descendencia, tenían negocios con el Vaticano...sabían lo que hacían. Pero los Fugger se volvieron "fúcares" y no sobrevivieron a los tres defauls de la monarquía hispana con su hijo, Felipe que terminó asociándose con Ruiz Mateos para comercializar un brandy. O eso nos hizo creer. Pero él pagar, no pagó. Se cuenta que cuando venían a reclamar los pagos, él les decía. : "sosegaos". Mucho sabía.
Y es que claro para entender el carácter teutón, hay que entender, quizá desde la época de las "Walkirias", la dureza de la climatología alemana que les confiere un carácter hosco. Lo que nunca asimilaré es que una obra, de nombre Die Zauberflote, emocione.
Que ningún ciudadan@ alemana se sienta aludid@, molest@ pues hay que recordar a Shiller, el texto de la Novena, el apelar a la solidaridad entre los pueblos. Creo que ellos fueron los primeros en olvidarlo. Ojalá lo recuperen!!. Tenemos que entendernos.

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