Si no somos conscientes de la verdadera causa que periclitó la existencia de los omnipresentes trilobites hace 251 millones de años, no pasa lo mismo con lo acaecido hace 65 u 65 y medio millones de años, en la Península de Yucatán.
Entonces cayó un gran meteorito, causa que a la postre originó la extinción de los todopoderosos Grandes Saurios, los que en no más de un millón de años desaparecieron...o se reconvertieron en amables lagartijas y en las caseras pitas o gallinaceas.
Digo esto para demostrar que ya hubo algunas catástrofes antes del Diluvio Universal, en el que ya se vieron involucrados humanos.
Como consecuencia de nuestro alto grado de pensamiento científico alcanzado, bajo este aparentemente inocuo y aséptico término científico -xenobióticos antropogénicos- recaerá la responsabilidad de nuestra propia inmolación. Querida y buscada autoinmolación. A tal punto llegó nuestra estupidez, que tuvo las agallas de atreverse a situarnos en la cima del proceso evolutivo, olvidada nuestra esencia primática. Sin embargo esto confirma que nunca pudimos dejar de hacer el mono.
El tema tratado con más enjundia:
http://www.rebelion.org/docs/141850.pdf
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