El que la sigue la consigue.
Tras meses de una frenética actividad
los servicios secretos encargados de facilitar o fabricar pruebas
contra El Assad tuvieron éxito, se ganaron un merecido descanso. Por
fín se hacen evidentes los síntomas que nos arrastrarán, a nuestro
pesar, a otra guerra desigual.
Apartar e éste del poder, el cual
usurpó, es el siguiente paso. Hay que proteger a la población
turca, un asunto “humanitario”, prioridad absoluta que equivale a
decir a la “Comunidad Internacional” que cierre los ojos un
momento. Alguién ha mencionado la Resposabilidad de Proteger a
Civiles. Hay que ceder la dirección del conflicto a alguien con
poderes plenipotenciarios, se sugiere alguna organización
humanitaria, como la OTAN o así.
Y este esquema, el del shock, también da buenos frutos aplicado a la política económica. Miren en qué momento nos encontramos nosotros, que en nuestro imperio no se ponía el sol.
Y este esquema, el del shock, también da buenos frutos aplicado a la política económica. Miren en qué momento nos encontramos nosotros, que en nuestro imperio no se ponía el sol.
La historia de los usurpadores es
larga. Escomenza, al menos oficialmente, con el romano Majencio,
candidato tan digno como su rival político Constantino. Pero éste
ganó, en la consabida batalla que tuvo lugar en los alrededores del
Puente Milvio. Se hizo Augusto e inició esa bonita costumbre de
llamar “usurpador” al oponente, al que pierde. Él era legítimo, aunque también usurpara, pero menos.
En esas seguimos. En la mentira.
Instalaron en territorio turco unas baterías de misiles Patriot para
defender a la población. Es obvio que ellos no saben si van a defender a la población de un sitio o a aniquilar la población de otro sitio...no tienen ojos. Pasamos por alto el detalle intranscendente
de que Siria nunca atacó a Turquía, que provocaba, se limitó a
derribar un caza que sobrevolaba terrritorio sirio con desconocidas
intenciones. El Gobierno turco se apresuró en declarar aque éstas
eran de buen rollito.
Los miembros del contubernio han
despejado el paso para convertir el agredido en agresor. Su maniobra
dilecta, cuya realización les reporta grandes dosis de
auto-condescendencia terapéutica. Se sientes seres que hacen el
bien.
Precedentes con resultados exitosos
hay: Saddam, Gaddafi, Milosevic. Todos asesinados y flmados. Pero los
carniceros que provocaron eso se sacuden responsabilidades, toda se
la dejan a opositores internos que hacen, según ellos, legítimos
actos de justicia. Que se cometan con la soga al cuello es un detalle
intranscendente. Es sabido que si se es inocente, dios mismo
intercede. No hay que preocuparse.
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