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jueves, 23 de enero de 2014

Pequeña autobiografía con imágenes




Como se ve, soy el último leñador. Por supuesto de Lugo, cosa que no niego. Otras veces fantaseo con la idea de autodenominarme el último dinosaurio, por supuesto melancólico, pero con dificultades para adscribirme a una región geográfica concreta diciendo: Todo esto fue nuestro … y ahora vamos a desaparecer. Si bien esto ya lo pensé hace 80 millones de años, aún andaba en pantalones cortos. Renuente a comprender que antes y después de mí habrá vida, que en resultas viene a confirmar que me cuesta aceptar mi condición de puta mierda. Por eso insisto en lo de “último”, para ponerme en valor.

No soy imprescindible, el sol sale todos los días passando de mí. A las mareas también se la suda mi estado de ánimo. Las estrellas igual. Por eso me crezco ante la misión encomendada: acabar con la vida sensible, refugiada en ese solitario árbol. Siempre hay árboles al principio y al final como recurrido imaginario camino entre la letras griegas alfa y omega -1ª y última letra del griego alfabeto-. El inasible y místico camino entre el principio y el fín de las cosas. El antes y el después, las entradas y las salidas, personificadas en el dios romano JANUS de donde proviene el mes primo January, Enero, el primero. Piensese en la importancia que llega a tener la serpiente en nuestra cultura. Impepinable que la serpiente cogiera la manzana de un árbol, llamado en este caso “del Conocimiento”. Pero árbol al fin y al cabo, al principio y al final. Todo empezó en un árbol por lo que supongo yo que todo terminará en un árbol o arbusto. Y yo lo cortaré.













Porque el mundo es cambiante, pero lo único inmutable es el amor, el casto amor, como demuestran esta parejita, que lleva abrazada 5000 años -más o menos-. Y NADIE LES HABÍA ENSEÑADO. Para lo que queremos somos list@s. El desinteresado amor que brota de nuestras amistades, es sin duda el mayor tesoro. Por eso, además de list@s, somos animales sedientos de afecto. Cuando un congénere nos hace “ojitos” es muy cierto que podemos precipitarnos al suelo, desde la rama, obnubilado. Por eso no es recomendable subir a las ramas más altas, pese a que son las que tienen mejores vistas.







No siempre fuí así. Tuve otros discursos. Hubo tiempos en que era feliz con mi ignorancia hasta que alguien me sedujo con el significado de la palabra “iconografía”, que aunque quiere decir como se representa? yo le daba un sentido mágico-taumatúrgico, mistérico.

Así me enteré que estas figuras negras representaban el combate entre el héroe griego Aquiles y la reina de las amazonas, Pentesilea, que sufre peor suerte. Aquiles le inserta mortalmente la lanza, ella cae y sus miradas se cruzan....y se enamoran....digno final de una tragedia...el amor no evita que él la mate. Pero fíjense como sufren su destino. Aprendí como lo trágico es inherente a la condición humana, Y me creé mi pequeña tragedia. Sumo esdrújulas, con el título de “Olímpico” me adjuntaron el de “Atáxico”. Es lo que tiene lo de “hereditario”. Es un archivo adjunto. Te quiero mamá.




Aprendido esto, pensé que sabía algo. Yo, el hijo de un trabajador, tomaba el tè con las Musas aunque no supiera muy bien quienes eran, pero intuía que tenían buenas piernas. El descubrimiento hizo aflorar un ser soberbio, que todo lo sabía. Era un iniciado. Hasta tal punto que usé mi influencia para entrar en la Corte Celestial, dónde me dieron un lugar preferente. Hay documentos que lo atestiguan. Flirteé con la Masonería, pero lo nuestro no cuajó. Nací chatarrero y moriré chatarrero, como Jannis Kounellis. No se equivoquen y no se dejen llevar por mi verborrea, carente de sentido las más de las veces.


Y ahora que vemos que la muerte es de verdad, espero que este documento me sirva de salvoconducto.
Pero mientras eso llega decir que me sigo alimentando del maná conocido como la magia del arte. La primera vez fue admirando la femenina anatomía....como todos. Ahora son intuiciones de creencias, posibilidad de verdad, qué rayos pasó?. Pero siempre estaré dispuesto a sorprenderme, al menos mientras VIVA. En eso no pasa el tiempo..aún sigo en pantalones cortos. No quiero que me abandone nunca la curiositas.
Y esto es, someramente, mi vida y mis anhelos … imaginé que el mundo se podía cambiar....ILUSO!!. Ya me advertía mi padre que no le diera “patadas o tren”. Pero he aquí que descubrí cierta utilidad de la Ciencia Histórica. Aunque ella insiste en un triunfante positivismo evolucionista, realmente la relación entre ricos y pobres no ha variado gran cosa a lo largo “de los últimos 5000 años”, momento que enterraron as los enamorados.
Pero siempre quedará algo -de la utopía-. De la mano de la joven artista Tessa Farmer me introduce en un microscopio. Al menos eso me hace creer. El poder de subvertir la realidad, moldearla, cosas del arte. Ilusiones...que alimentan.






                            












                      .-.THE END.-.











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