Como se ve, soy el último leñador.
Por supuesto de Lugo, cosa que no niego. Otras veces fantaseo con la
idea de autodenominarme el último dinosaurio, por supuesto
melancólico, pero con dificultades para adscribirme a una región
geográfica concreta diciendo: Todo esto fue
nuestro … y ahora vamos a desaparecer. Si bien esto ya lo
pensé hace 80 millones de años, aún andaba en pantalones cortos.
Renuente a comprender que antes y después de mí habrá vida, que
en resultas viene a confirmar que me cuesta aceptar mi condición
de puta mierda. Por eso insisto en lo de “último”, para ponerme
en valor.
No soy imprescindible, el sol sale
todos los días passando de mí. A las mareas también se la suda mi
estado de ánimo. Las estrellas igual. Por eso me crezco ante la
misión encomendada: acabar con la vida sensible, refugiada en ese
solitario árbol. Siempre hay árboles al principio y al final como
recurrido imaginario camino entre la
letras
griegas alfa y omega -1ª y última letra del griego alfabeto-.
El inasible y místico camino entre el principio y el fín de las
cosas. El antes y el después, las entradas y las salidas,
personificadas en el dios romano JANUS de donde proviene el mes
primo January, Enero, el primero. Piensese en la importancia que
llega a tener la serpiente en nuestra cultura. Impepinable que la
serpiente cogiera la manzana de un árbol, llamado en este caso
“del Conocimiento”. Pero árbol al fin y al cabo, al principio y
al final. Todo empezó en un árbol por lo que supongo yo que todo
terminará en un árbol o arbusto. Y yo lo cortaré.
Porque el mundo es cambiante, pero lo
único inmutable es el amor, el casto amor, como demuestran esta
parejita, que lleva abrazada 5000 años -más o menos-. Y NADIE LES
HABÍA ENSEÑADO. Para lo que queremos somos list@s.
El desinteresado amor que brota de nuestras amistades, es sin duda
el mayor tesoro. Por eso, además de list@s,
somos animales sedientos de afecto. Cuando un congénere nos hace
“ojitos” es muy cierto que podemos precipitarnos al suelo, desde
la rama, obnubilado. Por eso no es recomendable subir a las ramas más
altas, pese a que son las que tienen mejores vistas.
No siempre fuí así. Tuve otros
discursos. Hubo tiempos en que era feliz con mi ignorancia hasta que
alguien me sedujo con el significado de la palabra “iconografía”,
que aunque quiere decir como se representa? yo le daba un sentido
mágico-taumatúrgico, mistérico.
Así me enteré que estas figuras
negras representaban el combate entre el héroe griego Aquiles y la
reina de las amazonas, Pentesilea, que sufre peor suerte. Aquiles le
inserta mortalmente la lanza, ella cae y sus miradas se cruzan....y
se enamoran....digno final de una tragedia...el amor no evita que él
la mate. Pero fíjense como sufren su destino. Aprendí como lo
trágico es inherente a la condición humana, Y me creé mi pequeña
tragedia. Sumo esdrújulas, con el título de “Olímpico” me
adjuntaron el de “Atáxico”. Es lo que tiene lo de “hereditario”.
Es un archivo adjunto. Te quiero mamá.
Aprendido esto, pensé que sabía algo.
Yo, el hijo de un trabajador, tomaba el tè con las Musas aunque no
supiera muy bien quienes eran, pero intuía que tenían buenas
piernas. El descubrimiento hizo aflorar un ser soberbio, que todo lo
sabía. Era un iniciado. Hasta tal punto que usé mi influencia para
entrar en la Corte Celestial, dónde me dieron un lugar preferente.
Hay documentos que lo atestiguan. Flirteé con la Masonería, pero lo
nuestro no cuajó. Nací chatarrero y moriré chatarrero, como Jannis
Kounellis. No se equivoquen y no se dejen llevar por mi verborrea,
carente de sentido las más de las veces.
Y ahora que vemos que la muerte es de
verdad, espero que este documento me sirva de salvoconducto.
Pero mientras eso llega decir que me
sigo alimentando del maná conocido como la
magia del arte. La primera vez fue admirando la femenina
anatomía....como todos. Ahora son intuiciones de creencias,
posibilidad de verdad, qué rayos pasó?. Pero siempre estaré
dispuesto a sorprenderme, al menos mientras VIVA. En eso no pasa el
tiempo..aún sigo en pantalones cortos. No quiero que me abandone
nunca la curiositas.
Y esto es, someramente, mi vida y mis
anhelos … imaginé que el mundo se podía cambiar....ILUSO!!. Ya me
advertía mi padre que no le diera “patadas o tren”. Pero he aquí
que descubrí cierta utilidad de la Ciencia Histórica. Aunque ella
insiste en un triunfante positivismo evolucionista, realmente la
relación entre ricos y pobres no ha variado gran cosa a lo largo “de
los últimos 5000 años”, momento que enterraron as los
enamorados.
Pero siempre quedará algo -de la
utopía-. De la mano de la joven artista Tessa Farmer me introduce
en un microscopio. Al menos eso me hace creer. El poder de subvertir
la realidad, moldearla, cosas del arte. Ilusiones...que alimentan.
.-.THE END.-.
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