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jueves, 19 de noviembre de 2015

La Filosofía y la DGT.-



Pese a que he firmado en varias redes, me desdigo, en parte porque estoy convencido de que en la cueva que firmé no llega la luz….no constituye por tanto una contradittio.

Hablo de la supresión de las clases de Hª de la Filosofía. Ahora veo bien que las quiten; l@s chic@s ya tienen bastantes asignaturas y hay que potenciar que sean felices, cosa para la cual no es apto el estudio de esa vieja disciplina obsolescente, aparte que es una comedura de tarro.

Pero vayamos al grano, prescindiendo de las clases evitan cuestionarse lo que dice la DGT o cualquier autoridad. No hay que discutir, llega con obedecer. Este gobierno nos quiere miltarizar.


Si no conocen a Michel Foucault no se barrenarán la cabeza con la posible alienación (suena a Comunismo) que supone, por nuestro bien, la declaración jurada de que padecemos alguna enfermedad neurológica. Si no conocen a Foucault, léanlo, les servirá para su defensa en el Juicio Final. Como buen pensador erró en algunas conclusiones, ésta la clavó. En resumen, es preferible que no lo conozcan.

Para que no se líen, dónde puse alienación pongan discriminación. Porque no sólo nos instan a que nos marginemos, tengo todos los puntos, sino que nos obligan a que un Neurólogo acredite si somos aptos o no para conducir…eso lo veo bien.

Pero ellos se pasan este informe por sus partes y emiten su propio informe. En mi caso el Médico recomendó una prórroga de TRES años, ellos en su albedrío consideraron que me podía contentar con DOS, y darles las gracias. Con el agravante de que el auto me da la autonomía necesaria. Que me den una solución.


Entiendo ahora la postura de algún compañero atáxico que renunció al permiso cuando empezaron a torear. Yo por eso tengo claro que passo la próxima vez. Tenemos que asumir que somos enfermos, diferentes. Parece que ellos son inmunes a la enfermedad y a la muerte. Puta costumbre tenemos de clasificarlo todo. Para erigirnos portadores de la normalidad, de la mediocridad.

Ésta es mi manera de luchar, argumentando. Repito, tengo todos los puntos, si no fuera así acataría la ley de buen grado. Aún me considero buen conductor, responsable. Y no me quitan el carnet por alguna sanción, es por si acaso. Hasta el azar quieren controlar.



Y lo más siniestro es que esta medida fue propiciada por las aseguradoras, auténtica maphia (según acepción de Saramago). Esperemos que esta sensibilidad evolucione tras el 20 D. Los enferm@s somos tan humanos como los demás y tenemos derechos.

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